El mundo del espectáculo estadounidense está conmocionado tras la trágica muerte de Robin Kaye, reconocida supervisora musical del programa American Idol, y su esposo Thomas Deluca. Ambos fueron hallados sin vida dentro de su vivienda en el barrio de Encino, Los Ángeles, con heridas de bala en la cabeza. La policía investiga el hecho como un homicidio doble, y aunque ya hay un detenido, persisten múltiples interrogantes sobre las causas del brutal ataque.
El hallazgo ocurrió el lunes por la noche, luego de que un amigo de la pareja alertara a las autoridades por no poder comunicarse con ellos. Los agentes se dirigieron a la casa, ubicada en la cuadra 4700 de la avenida White Oak, y al ver rastros de sangre en la entrada y no recibir respuesta, decidieron ingresar rompiendo una ventana. Dentro, encontraron una escena impactante: ambos cuerpos sin vida y señales claras de violencia.
La investigación avanzó rápidamente gracias a las cámaras de seguridad del vecindario, que captaron al presunto agresor escalando la valla de 2,4 metros con púas que protegía la propiedad. El hombre logró ingresar por una puerta sin llave y permaneció en la casa hasta que la pareja regresó, momento en el que se habría producido el ataque fatal.
El sospechoso fue identificado como Raymond Boodarian, de 22 años, quien fue detenido el martes en su domicilio. La policía, sin embargo, aún no ha determinado qué lo motivó a cometer el crimen. “Estamos investigando múltiples posibilidades para determinar cuál pudo ser el móvil”, declaró el teniente Guy Golan, del Departamento de Policía de Los Ángeles.
Un crimen que pudo haberse evitado
ABC News reveló que, el mismo 10 de julio, la policía había recibido dos llamados alertando sobre una posible intrusión en esa vivienda. Sin embargo, los agentes no lograron ingresar debido a la altura de las paredes del terreno y, tras un sobrevuelo sin detectar actividad sospechosa, se retiraron del lugar. Esa respuesta está ahora bajo revisión interna.
El caso también llamó la atención por la ausencia de señales de robo en la escena del crimen, lo que refuerza el misterio en torno al motivo del ataque. Además, no hay grabaciones del interior de la casa que permitan reconstruir con precisión lo ocurrido durante el enfrentamiento.
Por ahora, las autoridades confirmaron que el acusado no tenía vínculo conocido con las víctimas ni antecedentes de delitos similares en la zona. La colaboración entre la policía local y el FBI permitió localizarlo y detenerlo, aunque aún no se informaron los cargos formales ni su situación legal.
Robin Kaye tenía una larga trayectoria como supervisora musical en la industria televisiva de Estados Unidos y había trabajado en proyectos destacados como American Idol, programa que marcó a varias generaciones de artistas. Su trágica muerte y la de su esposo dejaron un profundo dolor en sus colegas y en toda la comunidad artística.
La investigación continúa abierta, mientras los seres queridos de la pareja y el mundo del espectáculo exigen justicia por este crimen que sacudió a Los Ángeles y traspasó fronteras.